¡Qué enorme satisfacción ser su maestra! ¿Acaso merezco tanto afecto y cariño? ¿No será demasiado?
Quisiera poder expresar con palabras lo que siento en el alma. Les agradezco profunda y sinceramente el hermoso cumpleaños que me regalaron; sepan que los momentos que compartimos quedarán por siempre en un rinconcito muy especial de mi corazón.
Como dice un Proverbio hebreo: "El que da, no debe volver a acordarse; pero el que recibe nunca debe olvidar."
Un barco frágil de papel
parece a veces la amistad
pero jamás puede con él
la más violenta tempestad
porque ese barco de papel
tiene aferrado a su timón
por capitán y timonel
un corazón, un corazón, mi corazón.
¡Los adoro! y vuelvo a dar gracias a la vida por haber elegido esta profesión y este colegio, lo cual permitió que conociera a tan bellas personas.